MARIANO FORTUNY
biografia
Mariano Fortuny (Reus, 1838 - Roma, 1874) Pintor español. Estudió en Barcelona y fue alumno de Claudio Lorenzale. En 1857 obtuvo una beca para estudiar en Roma, donde estableció un taller y se liberó de forma paulatina del lenguaje académico de su formación barcelonesa.
En 1860 marchó a África, a instancias de la Diputación barcelonesa, para tomar apuntes de la campaña militar española. Su paleta se orientó hacia tonalidades más sonoras y luminosas; se interesó asimismo por el pintoresquismo árabe, que ocuparía desde entonces un lugar destacado en su obra (La odalisca). El cambio de rumbo de su pintura, que excluía los grandes formatos, y el aumento de su clientela le impidieron terminar el gran lienzo La batalla de Tetuán.
Fueron decisivos sus dos viajes a Madrid en 1866 y en 1867: se dedicó a copiar en el Prado a Tiziano, El Tintoretto, Velázquez y Goya; se casó con Cecilia, hija de Federico Madrazo; conoció a Goupil, que sería su marchante hasta su muerte, y realizó obras como El coleccionista de estampas, Fantasía sobre el Fausto de Gounod y La vicaría, que supondrían el triunfo definitivo de su fulgurante carrera. Expuesta en París, su obra dio origen a la moda del fortunyismo. Tras diversos viajes, Fortuny se instaló en Portici, cerca de Nápoles (Desnudo en la playa de Portici; Niños en el jardín japonés).
Con Fortuny alcanza su más refinada expresión una corriente de la pintura romántica que respondía al gusto de una alta burguesía que rechazaba el realismo de Gustave Courbet y el impresionismo y que, por el contrario, apreciaba los temas exóticos y el preciosismo. Dentro de estas limitaciones conceptuales, su obra se distingue por la perfección de su factura y por la frescura del colorido. La prematura muerte del artista truncó desarrollos en sentido impresionista que ya parecen anunciarse en ciertas obras.

Mariano Fortuny, 1838-1874
movimiento artístico

Fortuny tiene un estilo muy realista, y podriamos decir que los movimientos artísticos que sigue son el Romanticismo y el Orientalismo. Destaca su gusto orientalista sigue la estela de artistas e intelectuales que en este siglo se sintieron interesados por los países de oriente o los países orientalizados, los viajes a Egipto, Marruecos o Siria cautivaron a la burguesía intelectual, lo oriental se puso de moda.
Su técnica es siempre extraordinaria, a la vez detallista y minuciosa (su primer trabajo fue en el taller de un orfebre), y al mismo tiempo de pincelada libre y suelta.
En el romanticismo, la seducción por el oriente cumplía el mismo papel de alejamiento de la realidad que el historicismo medievalista. Washington Irving encontró en Granada la conjunción de ambos (Cuentos de la Alhambra), contribuyendo a la generación del tópico del exotismo español. Mayor impacto tuvieron (posiblemente por su explícito erotismo) las traducciones de Richard Francis Burton (el Kama Sutra, 1883, y Las mil y una noches, 1885). El concepto de "oriente" que se da en estas obras operaba como un espejo de la propia cultura occidental, o como una forma de expresar sus aspectos ocultos o ilícitos, en clave decadentista.
Se pueden encontrar representaciones de «moros» y «turcos» en el arte medieval, renacentista y barroco. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando el orientalismo en las artes se convirtió en un tema establecido. En estas obras el mito del oriente exótico, decadente y corrupto está más plenamente articulado.